En ese contexto, Mosso señaló que un placer llegar al final de un recorrido de días muy intensos de trabajo y con objetivos difíciles y otros que parecen utopías cuando se empieza a transitar los mismos. “Con el apoyo de los chicos y docentes locales que pusieron el hombro a esta propuesta más los maestros invitados que estuvieron sensacionales, me llevo no sólo este concierto que fue una construcción hecha en tres días sino también los conciertos que hubo en el transcurso de los días del festival porque fue impresionante lo que se pudo ver y oír. Siempre esperamos más”, explicó.
En cuanto al festival, indicó que el mismo tiene muchas aristas sobre las cuales se puede desarrollar, tanto como el canto y la orquesta infantil, la orquesta juvenil, la música de cámara, es decir que hay mucho para ofrecer y aportar para esta fusión del patrimonio humano y natural que reúne “Glaciares en Concierto”.
Por otra parte, se refirió a la química e interacción que se generar a través de los días de estudio y convivencia que se originan a partir este tipo de propuestas. “Es una química que no se da de manera automática. Encontrar el feeling entre maestros experimentados y estudiantes, a estos últimos no les cuesta porque el maestro suele despertar admiración pero al revés la cuestión a veces es más difícil porque a veces cuesta que un maestro pueda valorar el entusiasmo, las ganas de aprender de un niño o un joven. Los maestros que vienen a Glaciares ven que hay mucha fuerza y ganas y eso se retribuye inmediatamente porque se genera un vínculo muy lindo”, finalizó.