Lidia contó cómo descubrió su vocación, cómo llevo adelante su proceso creativo en pandemia, y escuchamos su consejo a los que quieran incursionar en el arte.
“La producción de arte tiene que ver con expresar algo íntimo y constitutivo, no se puede disociar de la persona. Todo está conectado. Y luego eso genera una conexión con el otro, con el que lo ve y vive. Y todo vuelve a empezar”, expresó.
El arte transforma y revoluciona. Muta de acuerdo a la percepción personal y con Lidia, La Casa pudo mostrar, desde el espacio creado por el área de cultura, a una fiel referente de la identidad patagónica. La impronta santacruceña se dejó ver a través de la creación y la oportunidad de continuar difundiendo a quienes nos representan, y también, nos definen.