Asistieron al encuentro distintas personas que trabajaban en el Hospital componiendo un enriquecedor espacio de intercambio interdisciplinario del que participaron médicos, enfermeros, nutricionistas, psicopedagogas y psicólogos.
Paula Siverino Bavio indicó que se trataron los principios generales de como encuadrar de manera ética y legal procedimientos que son complejos, o que tienen realidades que puede generar a veces dilemas o polémicas. En la jornada hubo un intercambio de las experiencias de lo que ellos venían vivenciando acá y una devolución también de las distintas maneras en las que podíamos abordar y el marco que se le pueden dar a esos temas complejos.
“Una de las inquietudes que surgió fue el aborto, que siempre es un tema muy duro y difícil de tratar, pero que hace falta visibilizar y también empezar a aplicar lo que son las pautas de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como el caso del año 2012 donde se dieron pautas muy concretas sobre aborto terapéutico incluyendo el aborto por violación” señaló Siverino y agregó “fue una sorpresa, no me esperaba la gran resistencia que manifestaron los asistentes frente a la posibilidad de hacer efectiva la disposición de la Corte y el protocolo de aborto terapéutico”.
Por otro lado aclaró “Sin duda que hay personas que son legítimos objetores de conciencia, la objeción de conciencia es un derecho constitucional pero es absolutamente imposible por simples estadísticas, que todo un servicio sea objetor, me parece que esto es un síntoma de otras cuestiones que no pasan por la defensa lógica de lo que te permite la constitución, que es defender tus valores frente a una práctica que te pueda resultar contraria a tus principios”.
Otros de los temas relevantes que se trató fueron los conflictos al final de la vida y la necesidad de educar a los servicios, a los jóvenes, a los residentes pero también a los médicos más experimentados en lo que es el respeto de la autonomía del paciente frente al rechazo del tratamiento y sobre todo el aprender a distinguir cuando estamos ante una situación en la cual ya la indicación ética y la indicación legal tienen que dejar ver, de alguna manera interrumpir o evitar la intervención médica sobre todo tecnológica con el soporte vital frente a un proceso del final de la vida que ya es irreversible y priorizar siempre la humanidad de la persona que acude a la consulta o la humanidad de la persona que esté en juego al final de la vida y también el respeto a los valores de la democracia.
Como conclusión la disertante manifestó la importancia de pensar, cómo garantizar un espacio de decisión plural en el que distintas personas que integramos la sociedad estemos en condiciones de tomar aquella decisión que cada uno considere mejor para su propia vida en pie de igualdad con otro que tiene una filosofía de vida, una religión, una visión de la vida diferente.
Por último destacó seguir trabajando para construir una sociedad más plural y más humana y garantizar en una sociedad democrática que todos tengan acceso a una solución asistencial que los represente, que genere el espacio para que todos tomemos aquella decisión que mejor los represente y que no sea vivida como como una imposición de las creencias de otros, que son muy respetables, pero que bajo ningún concepto en un marco legal democrático pueden ser impuestas.