La incubadora está diseñada para pacientes de 23 a 27 semanas de gestación, con un peso entre 500 gramos y 1 kilo. El sistema de humidificación activa ayuda a madurar la piel inmadura de estos bebés, lo que es fundamental para su desarrollo.
Además, la incubadora permite programar y regular las condiciones de cuidado según las necesidades individuales de cada paciente, incluyendo la posibilidad de pesar al bebé sin sacarlo de la incubadora. Esto reduce el estrés y el riesgo de infección para los pacientes más vulnerables.
Esta tecnología de vanguardia es un gran avance para el servicio de neonatología y permitirá brindar un cuidado más personalizado y efectivo a los pacientes prematuros.