El cuanto a la definición de caso confirmado de COVID-19, las autoridades sanitarias nacionales recuerdan que se encuentra vigente la confirmación de laboratorio para todo caso sospechoso con resultado detectable del genoma viral del SARS-CoV-2 a través de técnicas directas, como también la confirmación a través de criterios clínicos-epidemiológicos para todas aquellas personas que en los últimos 14 días hayan sido contacto estrecho con un caso confirmado de COVID-19 o formen parte de un conglomerado de caso con al menos un caso confirmado por laboratorio, y presenten dos o más de los síntomas de la enfermedad.
También, podrá considerarse caso confirmado a través de criterios clínicos-epidemiológicos a toda persona que comience con pérdida repentina del gusto o del olfato sin otra causa identificada. Cabe señalar que todos los casos confirmados por criterios clínico-epidemiológicos deben ser evaluados clínicamente para identificar signos de alarma y/o diagnósticos diferenciales, durante toda su evolución.
Finalmente, se procurará el diagnóstico por laboratorio a los casos confirmados por criterio clínico epidemiológico de los siguientes grupos: pacientes que presenten criterios clínicos de internación, personas con factores de riesgo, personas gestantes, y trabajadores y trabajadoras de salud.
En el caso de los trabajadores de salud, personas que residan o trabajen en instituciones cerradas o de internación prolongada, personal esencial o personas que residan en barrios populares o pueblos originarios, se los considerará casos sospechosos si son contacto estrecho de caso confirmado de COVID-19 y presentan 1 o más de los síntomas descritos dentro de los 14 días posteriores al contacto.
Además, se mantiene la definición de caso sospechoso de COVID-19 en pediatría para niños y adolescentes de 0 a 18 años con síndrome inflamatorio multisistémico. Para ello deberán presentar fiebre durante más de tres días acompañada de dos de los siguientes síntomas: erupción cutánea o conjuntivitis bilateral no purulenta o signos de inflamación mucocutánea (en la boca, manos o pies); hipotensión o shock; disfunción miocárdica, pericarditis, valvulitis o anomalías coronarias; evidencia de coagulopatía; diarrea, vómitos o dolor abdominal; y marcadores elevados de inflamación, como eritrosedimentación, proteína C reactiva o procalcitonina, como así también ninguna otra causa evidente de inflamación (incluida la sepsis bacteriana, síndromes de shock estafilocócicos o estreptocócicos).