Este día es fundamental concientizar sobre los efectos nocivos y letales del consumo de tabaco y la exposición al humo de tabaco ajeno, y para disuadir el consumo de tabaco en cualquiera de sus formas.
En el mundo, el tabaquismo es responsable de 8 millones de muertes, 7 millones por ser fumadores directos y más de 1 millón por estar expuestos al humo de tabaco ajeno, que se asocia principalmente con un mayor riesgo de padecer cáncer, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y enfermedad cardiovascular.
En nuestro país, el tabaquismo es responsable en forma directa de unas 45.000 muertes al año; y la perdida de cerca de un millón de años de vida saludable todos los años que se refleja en una menor calidad de vida y explica el 13,2% de todas las muertes que se producen en mayores de 35 años. Es decir que cada año se podrían evitar un total de 44.851 muertes.
Aunque los resultados obtenidos a través de las distintas encuestas realizadas en el país indican que el tabaquismo está disminuyendo en los hombres adultos, el hábito de fumar se está acentuando en los jóvenes y las mujeres.
En la Argentina, se estima que el 22% de los jóvenes de escuelas secundarias fuma (Encuesta Mundial de Salud Escolar GSHS 2018). La edad de inicio al tabaquismo en nuestro país ronda los 13 años y el 3% de los chicos de hasta 14 años –más niñas que niños- fuma a diario.
Según la misma encuesta en Santa Cruz los resultados indican que: 22,8 % de los estudiantes entre 13 a 17 consumió algún producto de tabaco en los últimos 30 días, que el 21.0% de los estudiantes entre 13 a 17 años fumaron cigarrillos al menos un día en los últimos 30 días y que el 67,6% de los estudiantes comprendidos entre la misma edad estuvieron expuestos al humo de tabaco ajenos al menos en los últimos siete días, al momento de realizarse la encuesta, lo cual pone en evidencia valores altamente preocupantes.
Al problema del tabaquismo juvenil se suma actualmente una “epidemia de vapeo”. Los jóvenes adoptan cada vez más el uso de cigarrillos electrónicos, que se presentan muchas veces como sustitutos inofensivos.
Por esta razón, en la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) se incluyó la evaluación y análisis de otros productos de tabaco. El cigarrillo electrónico fue uno de ellos, y alcanzó una prevalencia de 1,1% en la población general adulta y en el 3,5% de los fumadores actuales adultos. Si bien el consumo de cigarrillos electrónicos es relativamente bajo en los adultos, el consumo en adolescentes de 13 a 15 años es alarmante, y llega al 7,1% según la Encuesta Mundial de Tabaco en Jóvenes 2018 (valores totales país).
La información relevada a partir de la Encuesta Mundial sobre Tabaco en Jóvenes (EMTJ) indica a nivel país que el 20,2% de los estudiantes consume actualmente algún producto de tabaco (varones 18,7% y mujeres 21,4%) y el 18,0% consume cigarrillos (varones 17,6% y mujeres 21,1%). Además, el 35,3 % de los estudiantes estuvieron expuestos en su casa al humo de tabaco ajeno y el 43,7% en lugares públicos cerrados.
Resulta altamente preocupante el consumo de cigarrillos electrónicos en adolescentes de 13 a 15 años (7,1%), lo cual se encuentra relacionado a la facilidad del acceso, su publicidad, la variedad de sabores de los líquidos relacionados a productos consumidos por la franja etaria y la creencia de que son más seguros que los cigarrillos tradicionales, lo cual resulta alarmante ya que se trata de un producto ilegal en Argentina, que fue prohibido por la ANMAT en 2011 a través de la Disposición 3226.