Utilizar mal los insecticidas hogareños puede ocasionar síntomas como falta de aire, broncoespasmo, prurito, reacciones alérgicas en piel, vómito, diarrea, cefalea, irritación ocular, entre otros.
Algunas recomendaciones a tener en cuenta son: revisar fecha de caducidad, que los productos estén en su envase original, leer con detenimiento las etiquetas, seguir las instrucciones y precauciones de manejo.
Se recomienda utilizar artículos biodegradables y jamás reutilizar recipientes que pudieran haber contenido pesticidas, no deben exponerse ni manejar estos productos las mujeres embarazadas, y sobre todo mantenerlos fuera del alcance de los niños y animales domésticos.
Antes de aplicarlos, guardar en lugares seguro todos los alimentos, protegerse adecuadamente (utilizar guantes), cumplir los periodos de seguridad (tiempo necesario antes de volver a entrar al lugar tratado), ventilar la habitación y al finalizar limpiar adecuadamente las superficies que vayan a estar en contacto por personas.
El mal uso de insecticidas domésticos, son un riesgo para la salud y puede ocasionar daños graves incluso la muerte.