A comienzos de 2016, el gobierno provincial, a través de la Secretaría de Pesca, dependiente de Ministerio de Producción, Comercio e Industria, tomó la iniciativa de introducir al mercado pesquero de Santa Cruz la descarga de producto fresco en el puerto de Puerto Deseado.
“Para que nuevas pesquerías se pudieran desarrollar en nuestros puertos era necesario interactuar entre el sector privado, los sindicatos y el Estado provincial para gestar lógicas que se adaptaran a las empresas que se querían atraer para trabajar en la provincia”, explicó Carlos Liberman, quien esta semana asumió como secretario de Pesca de Santa Cruz.
En ese sentido, especificó que se debían “generar condiciones para que se realizara un servicio acorde a la industria del fresco y que, a la par, se mantuviera un servicio a la industria del congelado”. Por eso, indicó que en la industria “se necesitaba generar la convicción de que era importante facturar por cajón y no por jornada de trabajo como ocurre con las congeladoras”, por lo que “debía darse una discusión separada y distinta a la hora de discutir las paritarias de ambos sectores”.
Es que según detalló, ese tipo de descarga implica más trabajadores en tierra, “que era lo que queríamos sumar a través de la generación de esos puestos de trabajo que antes no existían. Hoy, en Puerto Deseado, hay más de 400 nuevos puestos de trabajo que se han creado de la mano de la industria del fresco”, afirmó.
El entendimiento entre el gobierno provincial, el sector privado y los gremios permitió, entonces, “que las tres partes coincidieran y se lograran grandes resultados que significaron que de cero descargas de productos frescos en Puerto Deseado pasáramos en un año a 3 mil, en un segundo año a 5500 y que tengamos para este año el objetivo de 8 mil”.
Decisión política
“El puerto tenía la infraestructura necesaria para recibir tanto a los buques congeladores como a los fresqueros. No se trataba de realizar nuevas inversiones portuarias, en este caso, lo que se necesitaba era una decisión política para conectar las partes y comprender cuáles eran las variantes que hacían imposible la llegada del producto fresco a Deseado”, sostuvo Liberman.
Señaló que esa iniciativa se tomó “en función de una convicción. Estábamos convencidos de que la llegada del fresco iba a generar trabajo y es lo que ocurrió. Hoy tenes empresas que han sumado 150 trabajadores, 200 o 30 trabajadores, que completan este panorama de más de 400 nuevos puestos de trabajo, que son producto de la llegada del fresco”, resaltó.
En tal sentido, acentuó que “estamos en un todo de acuerdo con el sostenimiento de las empresas que trabajan el congelado y su lugar histórico en Puerto Deseado, porque una cosa no va en desmedro de la otra. Este cambio de paradigma implicaba añadir la industria del fresco a la del congelado, ni reemplazar ni suprimir sino añadir. Tienen que ser puertos que puedan ofrecer todos los servicios que la pesca pueda contener hoy día”, enfatizó
Objetivos de gestión
Para los próximos años, Carlos Liberman espera “consolidar y afianzar el crecimiento de la descarga del producto fresco en Puerto Deseado”. También se plantea cómo “llegar a las8 mil toneladas de descarga de producto fresco en Deseado. Entendiendo que venimos con este crecimiento: de 0 toneladas que se descargaban antes de que arranquemos esta gestión, se pasaron a descargar 3 mil toneladas en 2016 y 5500 en 2017”, reiteró.
En cuanto a Caleta Olivia, remarcó que “hay que lograr el retorno de las empresas que abandonaron la descarga en esa ciudad, resolver el conflicto que hubo el año pasado entre los trabajadores portuarios y la empresa Conarpesa. También “lograr el retorno de algunos actores históricos de flotas fresqueras de Caleta, que habían elegido otros puertos para descargar y que este año, ya en enero, empezaron a realizar algunas descargas”.
Por último, en lo que respecta a San Julián señaló que el objetivo también “es consolidar y seguir haciendo crecer a la pesquería de la centolla y tratar de incorporar a San Julián a la lógica del langostino”.