Se trató de un movimiento que tuvo características muy superficiales, cuyo epicentro se ubicó “a unos diez kilómetros de profundidad, y eso hace que haya sido sentido por la mayoría de la gente de las localidades cercanas”, indicó Farías en primer lugar.
“En este caso en El Calafate fue donde más se sintió, con una intensidad de 5.5 en la escala de Richter, y en la escala de Mercalli que es la que nos dice lo que nosotros sentimos en la corteza terrestre fue de IV grados. También se sintió, pero en grado III en la escala de Mercalli, en Río Turbio y en El Chaltén”, agregó.
Sobre la fuente de estas mediciones, el Subsecretario informó que se recibieron los datos del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), como ente rector en la materia a nivel del país, y también triangulándolo con nuestros pares de ONEMI (Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública), que es el ente que se ocupa de la Protección Civil en Chile, con los cuales se ha firmado un convenio bilateral.
En referencia al trabajo en terreno que se está haciendo, mencionó que hay equipos del Municipio abocados desde el primer momento a dicha tarea, coordinados con equipos de instituciones provinciales que están realizando la evaluación de daños y necesidades.
“Hay profesionales haciendo una evaluación de daños en estructuras y en servicios esenciales, y con respecto a la evaluación de necesidades están los equipos territoriales del Ministerio de Desarrollo Social trabajando en la localidad de El Calafate”, apuntó.
Farías explicó que todo el operativo está relacionado al hecho de “que estamos en una zona sísmica, si bien de muy baja intensidad, pero estamos en ella, y también con el proceso de poder convivir como comunidad con las amenazas que a nosotros constantemente nos rodean; no hay ningún lugar del mundo que esté exceptuado de convivir con amenazas”.
Asimismo, subrayó que “es fundamental que estemos reconociendo la amenaza, y en base a eso trabajar en el fortalecimiento de las comunidades, para poder convivir y lograr un desarrollo sostenible de la vida de todos los que estamos en la zona”.
Las evaluaciones
Los informes reflejan que “no hubo daños registrados en personas, o sea, ningún servicio de emergencia médica recibió una solicitud de auxilio por daños en la integridad física de las personas”. Mientras que los daños estructurales son menores, y son los que se están evaluando.
Desde el Consejo Provincial de Educación, por el horario en que esto ocurrió, tomaron en forma preventiva la medida de suspender las actividades escolares, comentó Farías, “lo cual nos parece perfecto y es parte también de los procesos que uno tiene que cumplir o desarrollar cada vez que tienen este tipo de situación”.
En el caso conocido del puente del río Centinela, el Subsecretario de Protección Civil especificó que el sismo al trabajar la propia estructura antisísmica lo que generó es un movimiento. “Lo que se vio en las fotos o videos es lo que realmente debe pasar, es decir, se mueve sin llegar a un daño mayor. Lo que está en superficie, en este caso, la capa asfáltica es la que presenta esa especie de rajadura, como comúnmente lo dice la gente, pero que es lo normal en este tipo de situaciones. El primer informe que tenemos de los especialistas de Vialidad es que no está dañada la estructura del puente, y por ende se puede seguir utilizando”.
Tanto los equipos de Provincia como del Municipio seguirán gestionando articuladamente, especialmente en la evaluación de daños, y en contacto permanente con el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES). “Fundamentalmente, porque ellos tienen profesionales dedicados de lleno a la materia y son quienes nos van asesorando en todo lo que nosotros vamos solicitando”, manifestó Farías.
Algunas recomendaciones
En cuanto a las medidas que tiene que tomar la población en caso de emergencia, el Subsecretario recomendó que en caso de que se produzca un sismo, si uno se encuentra en un lugar cerrado, lo que tenemos que hacer es protegernos colocándonos debajo de algo (puede ser un mueble resistente).
En caso de que sea necesario, si es un movimiento de mucha intensidad -que no fue el caso de esta madrugada- soportarlo en el lugar. Posteriormente al suceso salir al exterior a una zona segura, es decir, que esté lo más libre posible de objetos que puedan llegar a caer, por ejemplo, postes del tendido eléctrico, árboles o cualquier otra estructura.
Pasado el evento sísmico, se debe verificar todo lo relacionado con los servicios básicos. Fundamentalmente, las instalaciones de gas y de energía eléctrica.
Si se produjo algún inconveniente en las mismas, cerrar las llaves de paso y comunicarse con las instituciones de emergencia y con la empresa proveedora del servicio. Luego del control correspondiente realizado por la autoridad competente, se podrá abrir nuevamente las llaves para el suministro.
Por último, Farías expresó que “la cultura sísmica es la que empezamos a desarrollar hace un tiempo, en nuestra Provincia en base a estos eventos; tenemos que aprender a convivir con otra de las amenazas que tenemos, y la preparación nuestra es fundamental, para como comunidad autoprotegernos”.