• Cultura - Viernes, 26 Agosto 2016

El Ciclo “A TODO TEATRO” continúa este domingo con la puesta en escena de “El acompañamiento”

Tal y como lo anunciara en su momento, la coordinadora de este ciclo, Nictza Güemes, este próximo domingo 28,  subirá al escenario del Salón Auditorio “Luis Villarreal” del Complejo Cultural, la pieza teatral “El acompañamiento”. Dicha obra será puesta en escena por el elenco de la Secretaría de Estado de Cultura, conformado por la mencionada coordinadora de este ciclo y los actores Rafael Castillo y Andrés Fernández Cabral.
Dicha iniciativa apunta a nutrir la grilla cultural de la provincia con presentaciones teatrales que ocupen cada domingo de lo que resta del año, con la finalidad de ofrecer un nuevo espacio a los teatristas de toda la provincia.

En este sentido, cabe recordar que el puntapié inicial en este ciclo lo dio el fin de semana anterior, el actor local José Luis Calbucoy, con el unipersonal “ENTRETRENES” del dramaturgo argentino, Carlos Alsina.

De esta manera, “El Acompañamiento”, subirá a las tablas, una vez más, bajo la dirección de la propia Nictza Güemes, para dar continuidad a este nuevo espacio destinado a los amantes del drama.

El tema central de la obra es la libertad y lo orientación sin tintes políticos.

Normalmente encontramos obras de teatro dirigidas a niños o a adultos, pero no al público en general. Este es el principal objetivo de esta adaptación: incluir un personaje que por un lado acerque el hecho teatral a todo público, informando y mostrando qué es el teatro, y para qué sirve; y por el otro, hacer tomar conciencia de que hay etapas que son fundamentales para impulsar el desarrollo del resto de nuestra vida, y que estas dependen de la escala de valores que maneje en el momento de elegir una decisión.
 
Sinopsis de “El acompañamiento”
 
Tuco y Sebastián son dos amigos de toda la vida. Tuco trabaja en una metalúrgica y Sebastián tiene un kiosco de cigarrillos y golosinas. Después de una broma que le juega a Tuco un compañero de fábrica (el Mingo) este decide renunciar a su trabajo para dedicarse al canto. Para ello, se encierra en el altillo de su casa armado con un cuchillo y aislado por completo de su familia y de la gente en general, esperando al acompañamiento musical que el Mingo "prometió" mandarle para ensayar y así triunfar en la televisión.

Dado que los intentos de la familia para alejar a Tuco de esa aventura son en vano, deciden recurrir a su mejor amigo (Sebastián) para que este intente convencerlo de revocar su decisión y devolverlo a la cordura y al comportamiento social esperado por todos.

Aquí es donde comienza la acción dramática. En el momento que Tuco, que está ensayando, recibe la visita de Sebastián con el objetivo de rescatarlo de esa "locura". A partir de ahí y con el desarrollo de diversos diálogos y reflexiones, Sebastián encontrará en Tuco un espejo donde poder mirarse y poner en duda la aparente locura de su amigo.