Al respecto, el sacerdote de la Villa 21, 24 y Zabaleta, expresó que “este libro que presento hoy, fue hecho buscando relacionar el jubileo con la problemática de las drogas ya que entendemos que más allá de lo que puedan aportar al respecto los centros de salud mental, el sufrimiento de los adictos merece ser escuchado”.
Por lo que enfatizó que “el lugar de la Iglesia es escuchar y estar del lado del que están sufriendo” y reflexionó que “es importante reparar en la solidaridad como un elemento ante una sociedad individualista y centrada en el confort que se fue olvidando de los que padecen este flagelo y la verdad que el fondo de todo esto es la exclusión misma”.
“En este sentido el jubileo de la misericordia viene a ser como una oportunidad para mirar a los que están tirados al costado del camino”, indicó al concluir manifestando que “este libro plantea, además, cuál es el rol que la Iglesia debe adoptar como tal porque si el problema es más complejo que una mera cuestión de salud, le corresponde también a la sociedad tomar cartas en el asunto”.