De esta manera y en una única función, llevada acabo en el Salón Auditorio del Complejo Cultural Santa Cruz, la nutrida concurrencia de público local disfrutó de una obra que cuenta la historia de Alina, una niña mapuche que, a través del aprendizaje del hilado, rescata la tradición y el quehacer de sus ancestros.
Este emotivo unipersonal reflejó un momento íntimo de aprendizaje y controversias de las jóvenes en el ámbito rural, atravesadas por la “modernidad”. A lo largo de esta puesta en escena, el público riogalleguense se sumergió en los subterfugios de una historia que exige observación y conexión con la naturaleza, poniendo en crisis todo lo adquirido en el mundo de la tecnología y comunicaciones.