• Cultura - Jueves, 03 Octubre 2024

El Centro Cultural se capacita en nuevas herramientas creativas para potenciar la experiencia de sus visitantes

La Secretaría de Cultura de Santa Cruz participó del Programa “El Día Después” con el fin de fortalecer el vínculo del Centro Cultural Santa Cruz, el patrimonio y nuestra comunidad. 

La Cartera Cultural de Santa Cruz participó del Programa “El Día Después”, dispositivo que fortalece, desde el Centro Cultural Santa Cruz, el vínculo entre el patrimonio y nuestra comunidad.

El objetivo es brindar la mejor experiencia al vivenciar los productos culturales:  “La cultura no hay que explicarla sino que la tenés que sentir”, afirmó Mariano Gilmore, coordinador del Programa. 

El lunes y martes pasado, el equipo de la Secretaría de Estado de Cultura pertenecientes a las distintas áreas del Centro Cultural Santa Cruz participaron de jornadas de capacitación en el marco del Programa “El Día Después”, impulsado por la Fundación Bunge y Born y la Asociación “Amigos del Bellas Artes”. 

Este programa tiene como propósito potenciar el vínculo del Centro Cultural Santa Cruz, el patrimonio y nuestra comunidad a través de nuevas herramientas creativas para brindar la mejor experiencia al vivenciar los productos culturales que conforman nuestra identidad. Con este fin, estuvo en Río Gallegos el coordinador de Educación y gestión cultural, Mariano Gilmore. 

En primer término, Gilmore explicó que a través de este programa el equipo realiza acercamientos a las instituciones culturales del país con un sentido federal “para establecer puentes y enriquecer la experiencia cultural local con el propósito de potenciar esa identidad propia”. 

Para alcanzar este objetivo es central “conocer a las personas que hacen que la cultura esté viva”, remarcó el coordinador y explicó que durante los meses previos a la visita pudo entrevistarse con cada área para conocer el detalle del trabajo que se lleva adelante en el Centro Cultural. 

“No existe cultura sin personas; cualquier expresión cultural está hecha por una persona”, afirmó Gilmore e hizo hincapié en que “lo más importante para el sector cultural es contar con un grupo de profesionales que entiendan la importancia de su rol en la transmisión de los valores identitarios de una cultura al público”.

En cuanto al desafío actual que implica que el público se acerque al Centro Cultural cuando las tecnologías y lo digital convocan a quedarse en casa, Gilmore consideró que se puede se lo puede comprender como “una suerte de dragón de dos cabezas, pero un dragón lindo”.

“Por un lado, hay algo único que te pasa cuando vivís cultura. Hace un par de semanas llevé a mi hija a su primer concierto en un estadio a ver a los Ratones Paranoicos. Esa emoción y verle la cara de lo que implicó vivir esa experiencia no es lo mismo que verlo por Youtube o por cualquier plataforma”, ejemplificó el coordinador y subrayó: “La experiencia de estar ahí es única”.

En segundo término, indicó: “También hay una responsabilidad de las instituciones culturales respecto a qué ofrecer y cómo abrir las puertas” y añadió que desde la recepción hasta la presentación de una exhibición, cuenta a la hora de ofrecer una experiencia que enriquezca a los visitantes. “Que la persona que entra al Museo, tenga alguien que le diga hola, buen día, bienvenido; hasta que el texto en una pared que explica una exhibición realmente te dé herramientas para vincularlo; es central para que viva una experiencia que enriquezca y no se sienta afuera”. 

En este sentido, concluyó:  “Lo más importante es que el arte no hay que explicarlo, la cultura no hay que explicarla sino que la tenés que sentir.  Una vez que la sentís después te acercás y podés vincularlo con un montón de temas que tengan que ver con tu experiencia profesional, tu experiencia personal, tus gustos.  Pero lo más importante es que no entre por la cabeza sino por el corazón”. 

 

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