“El taller que estoy brindando es teórico y práctico y lo que haremos en el último día será una puesta en común de los textos que escribieron todos y cada uno de los que participan” indicó, la capacitadora, al agregar que “estos textos bien pueden ser perfiles, noticias o crónicas”.
Más adelante y en relación al periodismo cultural en sí, opinó que éste “se ocupa de las manifestaciones artísticas en un sentido amplio: desde la escritura literaria hasta una película o una muestra, ya que en esta cuestión el cronista está abierto a todas las manifestaciones del arte, más allá de que se especialice en una puntual”.
“El periodista cultural pretende pegar un salto por sobre la coyuntura, a diferencia del periodista convencional que está corriendo con la noticia del día a día”, estableció Friera al observar, además, que “la inmediatez cambió mucho la circulación de los textos informativos por lo cual se ve un claro impacto en la forma en que trabajamos”.
Más adelante y en relación a si un periodista cultural debe tener una noción acabada de lo que es cultura, la redactora de Página 12 respondió que “no es obligatorio porque uno puede escribir sobre la música, sin una conceptualización teórica” pero advirtió, sin embargo, que “a veces, sirve tener conceptos sobre determinados temas con los que se trata”. “En lo particular, la noción de cultura que prefiero manejar es muy amplia porque hay muchas personas que se dedican al arte, sin haberse formado, y eso, además de ser válido, es inclusivo”, enfatizó.
Asimismo y en cuanto a la importancia que tiene para esta feria el llegar a su 25ᵃ edición, Silvina Friera, reflexionó que “es un hecho central la persistencia de este evento, ya que toda la comunidad santacruceña tiene, durante diez días, un punto de encuentro en el que el libro y los escritores son los protagonistas principales”.
Pero reconoció que “el contexto político nacional es una patada en las buenas intenciones y, de seguro, todos los que vienen a este evento no pueden comprarse un libro y son personas que comen mucho menos de lo que podían, hace ocho años atrás”. Y concluyó manifestando que, por esto, “la Feria Provincial del Libro de Santa Cruz es un espacio de resistencia cultural”.