Dichos talleres constan de dos encuentros mensuales, programados para los días miércoles y sábados, y se concretan en distintas instituciones de detención de la provincia de Santa Cruz.
La difusión de los derechos humanos en las cárceles y alcaidías permite posicionar a las personas privadas de libertad como actores activos de ser sujetos de derechos, en estos espacios las personas encuentran nuevos interrogantes donde la palabra circula con libertad y permite repensar reflexionando sobre las practicas carcelarias, su función social, las finalidades de su existencia en la reproducción del sistema, al analizar la subjetividad de historicidad familiar que le genera una forma pensar, actuar y sentir. Es decir, en su proceso reflexivo los actores dejan de posicionarse como actores pasivos de la exclusión, para empoderarse desde un lugar diferente con la finalidad de la inclusión social.
Las personas que cometen delitos tienen una sentencia que delimita el bien más preciado que es la libertad, pero las cárceles deben ser espacios de reinserción social y para eso el Estado debe velar observando que se garanticen los mismos derechos humanos que tienen los ciudadanos de esta provincia; por ende se debe lograr la inclusión social para las personas privadas de libertad en beneficio de la sociedad.