En ese contexto, el religioso comenzó su mensaje afirmando que «todos los pueblos, todas las cultura y todas las religiones tienen sus fiestas populares», y al respecto recordó que en la Biblia «hay muchas referencias a situaciones donde los pueblos se congregaban» para hacer este tipo de celebraciones.
Así, enumeró tres características de lo que denominó las fiestas del “Pueblo de Dios”. «La primera –relató-el pueblo se reencontraba con su propia identidad de pueblo. Al festejar miraba su historia y se volvía a constituir como un colectivo llamado “Pueblo de Dios”».
Más adelante mencionó que la segunda característica estaba relacionada con que en las fiestas populares «el pueblo tenía voz» porque «cantaba, bailaba, se enojaba,festejaba y agradecía a Dios todo lo que había vivido durante el año», y por último, hizo referencia a la tercera característica, indicando que en las fiestas populares «siempre se abría la perspectiva de la esperanza a lo que se venía».
De esta manera, reflexionó indicando que «hay muchos a los que no les gusta las fiestas populares, les gusta las fiestas para pocos. Son esos a los que les gusta los pueblos y sociedades para pocos, porque son los que prefieren esas fiestas chiquitas, en las cuales la voz del pueblo se mediatiza o se calla ».
«Son las fiestas –remarcó- en las cuales se narcotiza la conciencia del pueblo para que pierda la esperanza. Por eso, nosotros, en este día, reivindicamos esas tres características de las fiestas del “Pueblo de Dios”, porque Dios estaba presente en su identidad, en su búsqueda de sentido y destino común, en tener voz como pueblo y, sobre todo, en tener esperanza».
El Padre Lito Álvarez concluyó su alocución sosteniendo que «así como Dios estuvo presente en esas fiestas de los “Pueblos de Dios”, que también esté presente en este festejo, que nos bendiga, que nos acompañe, que nos de esperanza y que nos anime a ser cada día mejor para que todos seamos felices de vivir».