Las bajas temperaturas provocan que los cables se endurezcan, y las cubiertas aislantes tienden a deteriorarse o desprenderse. Estos materiales, al estar expuestos a temperaturas bajo cero, se vuelven rígidos y quebradizos, y pierden elasticidad durante el transcurso de esta época invernal, lo que compromete su integridad mecánica y funcional.
Asimismo, las líneas eléctricas pueden cubrirse fácilmente de nieve y hielo. Cuando el peso del hielo acumulado supera la capacidad de carga del cable, puede producirse la rotura del mismo o el colapso de los postes de soporte. Estas situaciones pueden derivar en cortes de suministro por la activación de los sistemas de protección.
En caso de observar cables caídos o estructuras dañadas, se solicita a la población que no los toque y se comunique de inmediato con la guardia de su distrito para evitar accidentes. Web: https://spse.ar/contactos
En condiciones más extremas, puede presentarse un fenómeno conocido como galloping, que consiste en una oscilación de baja frecuencia y gran amplitud en las líneas eléctricas, inducida por vientos fuertes y constantes. Este fenómeno se ve intensificado por la formación de hielo en los conductores, lo que incrementa el riesgo de fallas estructurales y compromete la estabilidad del sistema de transmisión.