Desde la empresa se reiteran algunos consejos para evitar la intoxicación con monóxido de carbono, un gas venenoso que no irrita la vista ni tiene olor, pero que resulta mortal.

El mismo se genera por la deficiente combustión del gas licuado natural, la nafta y hasta el carbón en los aparatos o productos usados para calefaccionar los domicilios. 

Las instalaciones de gas en domicilio y la colocación de artefactos deben ser llevadas a cabo solo por gasistas matriculados: Se deben realizar revisiones periódicas de equipos, instalaciones y cañerías de gas, al menos cada doce meses. Es una inversión en seguridad, y hay que asegurarse su aval oficial y válvula de corte.

No instales calefones y/o estufas en baños y dormitorios donde descanses: Los ambiente en los que hay instalados artefactos a gas tienen que contar con una ventilación continua y adecuada. En áreas como las mencionadas, solo están permitidos los de tiro balanceado.

No utilizar hornos y/o braseros para calefaccionar espacios cerrados. No está diseñados esa función. Ni calefactores para secar prendas, hay un alto riesgo de provocar incendios.

Las rejillas, conductos de salida de gases y chimeneas de entrada de aire deben quedar despejadas siempre, sin obstrucciones.

Airéa siempre aunque haga un poco de frio, dejando unos diez centímetros descubiertos por al menos diez minutos.

El color de la llama de gas debe ser en todo momento de color azul. Si tiene tonalidades rojizas o amarillas, es señal de mala combustión. Revíselo con un gasista matriculado.

Si prendés el auto en el garaje, también ventilá porque ese gas puede ser tóxico.