Según los especialistas, la gente no se suele advertir que se está intoxicando, y es justo esa particularidad inocua la que lo hace tan dañino. Por tal motivo, es necesario hacer énfasis en la prevención sobre todo porque en invierno las casas suelen estar más cerradas y los riesgos de intoxicación aumentan. Es importante tener en cuenta que los síntomas de una posible intoxicación pueden ser: dolor de cabeza, náuseas recurrentes, mareos, debilidad y taquicardia. Un cuadro clínico que evoluciona rápidamente si la persona no se aleja de ese ambiente.
Por lo tanto, desde Distrigas S.A. se hace saber que, ante un episodio de estas características, se debe tener en cuenta que ventilar es clave: Las ventanas y puertas deben abrirse de inmediato, sacando a quienes estén afectados, e ir urgente a una guardia médica donde se pueda tratar la probable intoxicación. Eso es lo que evitará daños y secuelas posibles.
Asimismo, se recomienda tener en cuenta las siguientes indicaciones:
- Verificá al menos cada 12 meses los artefactos de gas de casa con un gasista matriculado.
- Aireá siempre, aunque haga un poco de frío, dejando unos 10 centímetros descubiertos, por al menos 10 minutos.
- No uses estufas que no sean de tiro balanceado, con salida afuera, donde vayas a descansar o relajarte, incluido el baño.
- No emplees carbón ni braseros para dar calor y si tenés que hacerlo, ventilá sí o sí y apagalo luego.
- Asegurá que lo estén tapados los pasos o rejillas de ventilación.
- Si sentís frío abrigáte más.
- Si prendés el auto en el garaje, también aireá porque ese gas puede ser tóxico.