La desorganización en cuarentena y las viejas costumbres patagónicas son dos factores que obstaculizan una nutrición sana, equilibrada, integral y con consecuencias positivas en nuestra salud. En el marco del día de los y las nutricionistas, Manuela Burgos, licenciada en Nutrición en la Facultad de Barceló -que actualmente ejerce en el centro Asher Aike de Río Gallegos- dialogó con Lu14 en la columna “La Caja quiere que sepas”.

El espacio radial de la obra social santacruceña se emite todos los martes a las 15 horas. En el mismo explicó que al inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio nos protegimos del Covid, pero descuidamos nuestra alimentación.

“Existieron muchísimas modificaciones en los hábitos alimentarios, donde se incrementó el consumo de hidratos de carbono refinado, azúcares simples, harinas refinadas y mayor incremento de alcohol”, explicó la nutricionista.
 
Manuela describió el principio de la pandemia como una desorganización general en la alimentación: “Aumentó el picoteo, comer a deshoras, no respetar el desayuno, la merienda, el almuerzo y la cena porque se duerme mal. A esto se sumó un incremento del sedentarismo porque las actividades físicas programadas o las laborales, se vieron pausadas” describió.

En otras palabras, el desorden impactó en nuestra salud general. “Es importante mantener un peso saludable”, explicó y comentó que, al ser lo más visible, lo que más preocupa a las y los pacientes a la hora de considerar una consulta nutricional, pero también existen otros factores importantes. “Hay alteraciones de riesgos cardiovasculares, alteraciones metabólicas, un incremento en la glucemia, el colesterol y la presión arterial. Es lo que hoy se ve en los consultorios el 80% de las veces”, alertó.

Las costumbres de Santa Cruz

La profesional de la nutrición es santacruceña. Nació en Río Turbio y vivió toda su infancia y adolescencia en 28 de Noviembre por lo que desde la territorialidad patagónica, delineó algunos aspectos comunes posteriores a la pandemia para los que hay que trabajar en conjunto, como sociedad.

Explicó que las condiciones climatológicas nos alientan a consumir alimentos calóricos, calientes y poca actividad física. “Cuesta mucho la ingesta de dos litros de agua por día, la ingesta de tres frutas por día y completar un plato con un 50% de vegetales, en la mayoría de los pacientes son cosas que no veo”, detalló Burgos.

“Por suerte se trabaja mucho en estos cambios de hábitos, creo que hay más conciencia, sobre todo considerando que nuestras tradiciones se basan en platos mayormente con hidratos de carbono, proteínas, harinas cocidas y carnes animales, principalmente rojas”, describió.

La consulta nutricional

En Río Gallegos, la Caja de Servicios Sociales cuenta con 21 prestadores especializados y especializadas en nutrición. Las personas interesadas pueden consultar esta lista en la página css.gov.ar, buscando la información en el botón de búsqueda de prestadores.

“Ahora la nutrición está en auge, ya no es tanto problema ni tanto tabú asistir al nutricionista. Pasa que hay pacientes introvertidos y otros muy extrovertidos, pero después de la tercera consulta la información se da”, comentó y celebró la pérdida de prejuicio y vergüenza. “Yo trabajo en nutrición clínica y dietoterapia, por lo que la mayoría de lxs pacientes vienen con consulta previa o interconsulta de sus profesionales de cabecera”, explicó la licenciada.

Otro caso en el que afiliados y afiliadas de la CSS se acercan a la consulta son los resultados de análisis de sangre alterados, que funcionan como punto de partida para trabajar en equipo con lxs profesionales de la nutrición. “Otro porcentaje son aquellos que por decisión propia quienes desean empezar una vida sana, reducir el peso, también quienes hacen actividad física sin resultados. También vienen pacientes que se sienten con mucho cansancio, por lo que quieren tener información y mejorar su alimentación. Siempre siento ese feedback”, concluyó.