Durante la presidencia de Cristina Kirchner se sancionó, el 14 de diciembre de 2006, la Ley Nacional de Educación 26.206, cuyo capítulo N° IX, se refiere a la modalidad de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos.

La misma señala que “la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos es la modalidad educativa destinada a garantizar la alfabetización y el cumplimiento de la obligatoriedad escolar prevista por la presente ley, a quienes no la hayan completado en la edad establecida reglamentariamente, y a brindar posibilidades de educación a lo largo de toda la vida”. (Art. 46).

De este modo, el Estado Argentino asume la educación permanente de jóvenes y adultos (EPJA) como una responsabilidad indelegable.

La Resolución Nº118 del Consejo Federal de Educación aprueba los documentos base “Educación Permanente de Jóvenes y Adultos–Documento Base” y “Lineamientos Curriculares para la Educación Permanente de Jóvenes y Adultos”.

La mencionada Resolución señala algunas características que comparten las personas que acuden a la EPJA:

-          Tener experiencias anteriores de educación formal y estar motivados a mejorar sus proyectos personales ante un mercado laboral con nuevas exigencias.

-          Poseer una diversidad de conocimientos y saberes y estar incluidos en un ámbito laboral, teniendo como asignatura pendiente y necesidad personal obtener una certificación de estudios, en algunos casos para proseguir estudios de nivel superior.

-          Ser padres y/o madres que quieren acompañar mejor a sus hijos en lo escolar y en su desarrollo personal y social.

-          Ser alfabetizados o aspirar a serlo.

Debido al modo de ser de los sujetos de aprendizaje, la EPJA cuenta con características propias a las que hace referencia la misma Resolución, entre las que se destacan:

-          La recuperación de decisiones y experiencias pasadas que puedan ser recreadas en aquellos aspectos y rasgos que guardan un carácter común con la actual concepción de educación.

-          La formación para el trabajo, no sólo como parte del desarrollo productivo y científico – tecnológico, sino también como constitutivo de la subjetividad, de la trama sociocultural y política de toda la sociedad. De este modo, la EPJA desarrollará las aptitudes y capacidades necesarias para hacer del trabajo un factor de desarrollo personal, comunitario y ciudadano que acompañe el desarrollo de una sociedad más justa, solidaria y humana.

-          Asumir la heterogeneidad de los sujetos a los que se dirige, brindando herramientas de análisis, de crítica y transformación de la sociedad, que motive a las personas a proponer cambios, a ser creativos, a construir solidariamente una sociedad más igualitaria.

-          Asumir el estudio como una actividad enriquecedora y placentera a lo largo de toda la vida.

-          Brindar una educación integral que desarrolle todas las dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y laboral, como para el acceso a estudios superiores.

-          Una organización curricular flexible que posibilite que los sujetos de la modalidad transiten los ciclos y sus niveles de acuerdo a sus ritmos de aprendizaje.

Cabe destacar que los aportes del pensamiento pedagógico latinoamericano como la Educación Popular, las formas organizacionales de la educación de adultos en la década de los 60 en nuestro país, como así también la creación de la Dirección Nacional de Adultos (DINEA) y las políticas similares desarrolladas en las diferentes jurisdicciones, son los antecedentes para la construcción de la identidad de esta modalidad.

El Consejo Provincial de Educación durante esta semana realiza diferentes propuestas a cargo de las EPJA de la provincia, llevadas adelante con los siguientes formatos: conversatorios, muestras, jornadas de reflexión y concientización, talleres, actividades recreativas al aire libre, de convivencia, comunitarias y sociales, muestras institucionales, programa de radios, jornadas culturales y de lectura.