A su edad de 77 años, Marta es un ejemplo a seguir por su fuerza de voluntad para afrontar la vida y superar las adversidades.  Sus días transcurren mayoritariamente en los gimnasios municipales, fuera de su casa, donde practica tenis de mesa, newcom y natación. 

En el 2016, más precisamente el 16 de septiembre, un accidente cerebrovascular le dejó grandes secuelas, pero que no se notan si no fuese porque ella decide contarlas. Pese a ello, con mucha alegría emprendió viaje una vez más para disputar una nueva edición de los Juegos Evita. Como gran deportista que es, ya tuvo la oportunidad de lograr la clasificación dos veces con newcom y ahora igualó esa cifra en la disciplina de tenis de mesa.

Sobre su nueva participación, desea que todo salga bien y poder vivir lindos momentos junto a sus compañeros. Con respecto al año anterior, la integrante de la delegación afirma que buscará revancha, debido a que en Córdoba un fallo arbitral la privó de poder posicionarse en la segunda ubicación: “Hay que tener paciencia, no nos podemos poner a llorar”, cuenta y al mismo tiempo aconseja.

Durante el viaje, Marta deja un aprendizaje en cada frase que sale de su boca que mantiene constantemente una sonrisa dibujada. Siendo una mujer que vive sola juntos a sus dos perros y dos gatos, expresa cuánto extraña a su difunto marido el cual siempre la supo acompañar.

Sin embargo, dice que para no deprimirse realiza su rutina que se basa en practicar deportes, hacer gimnasia para el adulto mayor y los domingos por la tarde ir a bailar con gente de su edad al CIC Bélen: “Vos vieras cómo bailan las viejas”, dice entre risas.

En relación a su preparación, nombra a Carlos Ulloa como el hombre con la cual se inició hace cinco años en tenis de mesa: “Empecé después de jubilada a hacer esto, no sabía lo que era agarrar una paleta, no sabía lo que era una pelotita de ping pong”, comenta haciendo alusión a lo mucho que le costó aprender. Además, destaca el trabajo del profesor al decir que, si no fuera por él, ella no estaría donde está: “Siempre trata de que el adulto mayor se integre a los juegos”, explica.

En continuación con esta disciplina deportiva, detalla que es su preferida y la que más la apasiona: “Por ahí me da bronca cuando la pelotita se me escapa y no la puedo agarrar”, bromea. Además, aclara que también disfruta mucho jugar al newcom y hacer natación: “Me encantan los tres. El deporte es lo máximo para mí. Todos me dicen que el día que deje el deporte me voy a venir abajo porque yo vivo de eso”.

Como parte de la delegación de adultos mayores, Marta Bustamante recorre las calles de Bariloche con orgullo vistiendo la indumentaria de Santa Cruz. Mientras espera por la competencia, disfruta junto a sus compañeros de gratos momentos que nunca se borrarán de su memoria. Con la cuarta presencia en las finales de los Juegos Evita no sólo reafirma su gran desempeño deportivo, sino también, enseña a afrontar la vida con mucho optimismo.