Habiendo sido representante nacional como corredor en silla de ruedas en diferentes instancias deportivas y llevando adelante siete travesías por distintos puntos del país y el continente, Urbano se convirtió en una bandera por los derechos de las personas, que día a día transitan espacios que no cuentan con accesos físicos o normativas que deberían estar vigentes en la búsqueda de la igualdad de oportunidades para todxs.
En puertas de dar inicio a su octava travesía que comenzará en Santa Cruz, más precisamente en la localidad de El Calafate, Aníbal brindó detalles sobre el camino de 3500 kilómetros que recorrerá y que tendrá como finalidad llegar a su ciudad natal, Mar del Plata.
Sobre la elección de la villa turística como punto de partida, Urbano explicó que “El Calafate es un destino elegido porque no lo conozco y consideró que la gente debiera conocer. Me gustó la idea de ser un embajador turístico del sur argentino, donde he sido muy bien tratado siempre”.
En relación al mensaje que promueve con esta iniciativa, “Coco” -como es conocido- profundiza sobre las necesidades y desafíos que atraviesan las personas con discapacidades: “El Estado tiene la obligación de contemplar y ofrecer trabajos a personas con capacidades diferentes y eso no se está respetando. Justamente, la travesía apunta a que se visualice las injusticias de este grupo social y se empiecen a tomar cartas en el asunto y cumplimiento de las leyes laborales, como así también las de accesibilidad y salud.”
Urbano se pone como ejemplo de esta realidad que le impide acceder a espacios comunes, como lo es la playa de su ciudad: “Yo soy de Mar del Plata y no tengo ninguna oportunidad de entrar al mar porque no es una playa accesible para personas en silla de ruedas. No son exigencias, son propuestas que uno hace a cada municipio para que vean la posibilidad de hacer ciudades accesibles. Esto no trata de convencer o exigir a nadie, solo de visibilizar las cosas”.
Al ser mencionado como un referente por los derechos de las personas con capacidades diferentes, Urbano aclaró “lo vivo como cualquier persona que está en mi situación, a veces con impotencia y a veces con aceptación, proponiendo cosas para cambiar la realidad. Hago cosas para que personas como yo no padezcan injusticias. Lo estoy haciendo desde la alegría, la paz, el consenso y el deporte; por eso es que hago estas cosas, creo en esto.”
Con respecto a su paso por la provincia de Santa Cruz, habiéndose alojado en el Albergue Provincial Profesor García Pacheco, Urbano agradeció por el espacio donde dice estar alegremente sorprendido de haber encontrado un lugar así, “estoy feliz y muy agradecido con la gente de Gobierno, al Ministerio de Desarrollo Social, a través de la Secretaría de Deportes que organizaron nuestra llegada a Río Gallegos, nos ofrecieron la hospitalidad del Albergue Provincial. Quiero expresar mi gran alegría al ver que en este lugar tan remoto de la Argentina se haya considerado hacer un albergue provincial de estas características para todxs. Con esto quiero decir, que aquí puede alojarse una persona convencional o con discapacidad y es lo mismo”.
Seguidamente, Aníbal detalló: “Todas las instalaciones están adaptadas; mi lema siempre fue ‘por donde vos pasas, yo también’. En pocos lugares del país hay un edificio así. Es una gran alegría poder disfrutar estas instalaciones, tan bien hechas, bien pensadas, bien organizadas. Mi agradecimiento, con el ministro Ferreyra, que autorizó el uso de estas instalaciones para mi equipo”.
Sobre la finalidad y el horizonte de este tipo de actividades que encabeza junto a su equipo de trabajo el protagonista explicó: “Busco un país para todxs. Un país sin barreras arquitectónicas, una sociedad que contemple ese tipo de historias. No puede ser que una persona, como es mi caso, que vivo frente al mar y no puedo ingresar a la playa. Para mí eso es una injusticia, es un derecho que se me niega y que podría ser fácilmente solucionable.”
Antes del comienzo de su travesía, Urbano se permite soñar en que un mundo con igualdad de oportunidades es posible: “Mi expectativa es que por fin las personas que andamos en silla de ruedas podamos entrar al mar, sin depender de alguien que nos empuje, lleve nuestras cosas o nos lleve a caballito. Que las escuelas fueran para todxs, que los edificios públicos fueran para todxs y así hasta que el país, sea para todxs”, cerró.