Este fallo representa una decisión ejemplar con perspectiva de género y de derechos humanos que se constituye como antecedente fundamental a nivel nacional, además de que recaratula el expediente como homicidio agravado por odio a la Identidad de Género.
El Tribunal Superior de Justicia, asumiendo su competencia positiva confirmó la cadena perpetua a Biott y determinó a Azzolini como partícipe secundario del delito calificado como odio a la Identidad de Género, desestimando el encubrimiento agravado e imponiendo la pena de 15 años de prisión.
Desde este Ministerio, sostenemos que este fallo histórico es un acto de reparación para la familia de Marcela, marcando un antes y después para el colectivo de la diversidad, en especial para la comunidad trans, y nos compromete a continuar el camino hacia una justicia con perspectiva de género.